Aunque gorditos y grises, estos graciosos animalitos se lanzaran a la aventura y formarán su propio teatro, recordándonos ese artista que todos llevamos dentro.
¿Todavía no conocéis a la familia Bola? Debajo de un gran teatro de cabaret vivía una familia enorme de bichitos bola. El cabaret abría por las noches, y acogía a todas las estrellas del momento, que se juntaban para cantar y bailar al ritmo de la música. Pero claro, ¡con ese estruendo no había quién pegara ojo! Así que la familia Bola decidió dormir durante el día, y por la noche se ponían sus mejores trajes de gala y se unían a la fiesta. Sin duda, estos animalitos tenían alma de artista. Tras encontrar un palco abandonado en el teatro, decidieron montar su propio espectáculo. Cada miembro de la familia tenía un talento especial: uno cantaba como los ángeles, otro prefería bailar y crear las mejores coreografías… Todos tenían su papel.
Un día, un miembro de la familia que vivía en el extranjero les hizo una propuesta que no pudieron rechazar… ¡montar un teatro ambulante!