¿Eres una de esas personas que se sienten perdidas en un museo o entre las piezas de una exposición? ¿No sabes qué mirar cuando miras un cuadro? ¿En qué consiste un comisariado? O, si te gusta pintar, ¿acaso no has sentido pánico frente al lienzo en blanco? ¿Es necesaria la técnica? ¿Es el arte una mera construcción intelectual? ¿Dónde quedan las sensaciones? ¿Me gusta, no me gusta...? ¿Lo entiendo o me emociona? ¿Cómo miran el mundo los y las artistas?
Este libro atesora respuestas para quienes se hacen estas preguntas, para todos y todas las que intuyen que algo interesante y atractivo sucede más allá de la imagen evidente, bajo la última capa del cuadro. Aun así, no esperéis en estas páginas un libro de instrucciones, ni pautas a seguir, ni obligaciones que asumir, ni fechas, nombres o acontecimientos que recordar. Simple y llanamente, encontraréis sugerencias que estimulan y facilitan la experiencia y el conocimiento de la pintura. Una bendita y placentera maldición, de la que no podemos ni queremos escapar.