Quizá, para un pintor de la talla de Vermeer, la belleza no sea una
finalidad, sino una circunstancia que se desprende de la búsqueda de
algo más. Este ensayo es un tanteo en busca de qué fue ese «algo más»
para Vermeer, de qué puede haber más allá de la inmensa belleza de las
mujeres solas de sus pinturas.