Los cuatro principales protagonistas de este libro, Camba, Gaziel, Pla y Chaves Nogales, pertenecieron a una generación viajera y viajada, que recibió el advenimiento de la Segunda República con una mezcla de esperanza y escepticismo, en distintos grados que no afectan a la consideración que merecen como grandes cronistas de su tiempo. Así lo sostuvo Xavier Pericay hace veinte años, en un ensayo pionero, revisado para la ocasión, que fue fundamental en la recepción de sus obras respectivas y sigue siendo una valiosa introducción a sus figuras y a su lectura de los «claroscuros» de una época agitada, marcada por la inestabilidad política, pero también por el esplendor de la literatura y el auge de la prensa. Con su habitual lucidez y su probada capacidad para la síntesis, el ensayista trata de las relaciones entre la historia y el periodismo —«dos disciplinas no siempre bien avenidas»— y de ambos con la verdad, abordando el itinerario de los autores mencionados y el de «compañeros de viaje» como el cicerone Eugeni Xammar y Augusto Assía, «el último eslabón», que no residían en España durante esos años pero compartieron con los principales protagonistas buena parte de sus preocupaciones e intereses.