El debate sobre la meritocracia está de moda. ¿Somos el resultado de nuestro esfuerzo o de las circunstancias socioeconómicas en las que nacemos? Partidarios y detractores de la idea de meritocracia se enzarzan en estimulantes discusiones. Pero, en casi todas, se pasa por alto un factor que influye de manera diferencial en nuestro futuro: la genética.
En los últimos años, científicos como Kathryn Paige Harden han demostrado que el ADN nos hace diferentes, tanto en nuestra personalidad como en nuestra salud. Y que nos influye en aspectos que importan para el éxito académico y económico en nuestras sociedades.
Combinando historias personales con evidencia científica, Harden muestra por qué ignorar la influencia del ADN en la igualdad perpetúa mitos sobre el éxito y el fracaso que estigmatizan a las personas, y nos conduce a implementar políticas fallidas para combatir la desigualad. La propuesta de Harden es revolucionaria: si queremos construir sociedades más justas, entonces tendremos que estudiar lo que nos hace distintos. Tendremos que desentrañar las diferencias que se arraigan en nuestros genes.
Este libro, incluido por The Economist en su lista de los mejores de 2021 y nombrado libro científico del año, rescata la dimensión social de la ciencia genética de su tradicional y equívoca asociación con las prácticas eugenésicas. Una teorización inédita que contempla una nueva concepción de la sociedad, en la cual todos estamos sometidos, sin excepción, a la lotería genética.