Tras sus obras maestras Agujero negro y Vista final,
Charles Burns regresa con una inquietante
trilogía de tintes autobiográficos.
Este podría ser el Retrato del artista adolescente de Charles Burns, pues resulta difícil no ver en Brian Milner, el protagonista de Laberintos, al alter ego del autor. En este primer volumen empezaremos a conocerle: Brian es un adolescente tímido, prodigiosamente dotado para el dibujo, que está obsesionado con el cine de terror y que debe luchar día tras día contra sus miedos interiores. Cuando recibe, sin esperarla, la cálida atención de Laurie, una muchacha de su edad, las fronteras entre la realidad y la imaginación empezarán a confundirse. Con Laberintos, el maestro Burns vuelve a sus raíces: historias de amor insanas, películas de serie B y un paseo por la encrucijada ominosa donde se dan cita la ciencia ficción, el terror y los kaiju japoneses.
«Soy un extraterrestre comprimido, sentado a otra mesa, en otro mundo».
La crítica ha dicho...
«Burns está en una plenitud gloriosa como dibujante. [#] Es todo un espectáculo asistir a su dominio ya absoluto del color. [#] Solo por eso, hay momentos en los que no querrías encontrar la salida de este Laberintos.»
Xavi Serra, Rockdelux
«Un relato de carácter autobiográfico e introspectivo que oscila entre el romance, el thriller psicológico y el homenaje al cine de terror».
France Culture
«Un libro enigmático y, como suele suceder con Burns, desasosegante».
Télérama
«Imágenes potentes que invaden la mente del lector, como si tuviera acceso a un depósito primitivo y subterráneo del que extraer figuras que pertenecen a un ominoso inconsciente colectivo».
Libération
«La verdadera protagonista de Laberintos es la fantasía: el autor explora sus meandros como si fueran una dimensión paralela e independiente de la realidad.»
Fumettologica
«¿Volver a ser joven? Vale. Lo que nadie promete es que vaya a ser bonito, sino más bien lo contrario. Así es y así funciona Laberintos, por cortesía de Charles Burns».
Timur Vermes, Spiegel
«Nadie sabe representar la atribulación adolescente como lo hace Charles Burns».
Der Tagesspiegel