¿Qué hacen aquí reunidos, tantos animales? ¡Pues elegir rey! Todo parece indicar que será el León quien al fin se engaste la corona, aunque la Zorra hará todo tipo de artimañas para controlar el poder desde la sombra. Revolcarse en el placer de dominarlo todo, he ahí la vieja pulsión que mueve a la protagonista a tramar intrigas mediante el engaño, la mentira, la astucia y unas grandes dotes de oradora.
Pero la obra no habla en realidad de animales, a pesar de que sean ellos los actores, sino de los aspectos más sombríos de la condición humana. Tras la apariencia de una fábula coral, el Libro de las Bestias, de Ramon Llull, es una sátira sobre el comportamiento de las personas en la lucha por el poder, en la que la envidia, la ambición y la crueldad son el germen del mal.
Llull escribió el Félix o Libro de Maravillas en París, entre los años 1287 y 1289, del que el Libro de las Bestias supone la séptima de un total de diez partes y puede funcionar de manera independiente dada su singularidad argumental. De hecho, fue concebida como advertencia para el rey de Francia, Felipe IV, el Hermoso, con quien el