Unos años después de la publicación de Tintín y Los Pícaros, y poco antes del cincuenta aniversario de su héroe, Hergé elige como marco de su siguiente álbum el mundo del arte contemporáneo que conoce particularmente bien. Lanza en él a Tintín sin saber muy bién “a donde iba a conducirlo esta historia”. Hergé trabaja esporádicamente, deseando no decepcionar a sus lectores, pero la enfermedad lo acapara y pronto le convence de que esta aventura jamás será acabada y que se convertirá en la última aventura de Tintín.