Los padres de Niko son inventores,
lo que es estupendo porque a él
se le ocurren muchas ideas sobre
cómo usar sus inventos.
Y, cuando los toma «prestados», todo se complica
y siembra la semilla del desastre: provoca el caos
en el parque de atracciones, pretende ser mejor
que su hermano pequeño... Un robot superdotado,
y devora la comida que ha convertido en súper
apetecible... En definitiva, ¡Niko es el campeón
de las trastadas!