El Madrid lucha siempre hasta el final, nunca se rinde. Puede perder, pero siempre compite y jamás se da por vencido. La mentalidad competitiva de sus jugadores es históricamente ganadora: del central más abrupto al centrocampista más exquisito, del infatigable correcaminos al más habilidoso extremo y al delantero centro goleador, todos sus jugadores asumen que perder es inconcebible. Es algo que no existe en su ADN, un ADN que implantó Santiago Bernabéu con mano férrea, que tuvo su mejor expresión en Alfredo di Stéfano y que generación tras generación ha llegado hasta nuestros días.
Este curso hemos asistido a una sucesión prodigiosa de renacimientos del Real Madrid cuando, por detrás en el marcador y ante un equipo visiblemente mejor, lo veíamos eliminado. Todo ello con el empuje de un aire mágico que en determinadas condiciones se levanta en el Bernabéu, una mística colectiva, un algo sobrenatural que abruma al contrario y lo paraliza. Ha ocurrido muchas veces. De eso trata este libro.