El carácter sarcástico y la lengua viperina de que hacía gala Arthur Schopenhauer (1788-1869), tan ajenos a la filosofía académica, le dieron fama de fustigador de prejuicios, costumbres y dogmas. Pero esta imagen popular no ha logrado eclipsar la enorme profundidad y rigor de su pensamiento. Schopenhauer, gurú del «pesimismo humanista», estaba convencido de que la filosofía surge del dolor de la existencia, dolor que se mitiga con una vida serena y meditativa.
Parerga y Paralipómena (1851) –algo así como «fragmentos y añadidos»– se publica por primera vez íntegra en España, según la edición de «última mano» del filósofo. La obra con la que Schopenhauer alcanzó fama y reconocimiento reúne una heterogénea miscelánea de pensamientos que tratan de desarrollar en muy diversos campos la idea central recogida en su obra principal: El mundo como voluntad y representación (1819). El volumen se divide en dos partes. La primera incluye una serie de ensayos, como su historia de las teorías sobre lo ideal y lo real, fragmentos sobre la historia de la filosofía, o su popular opúsculo Aforismos sobre el arte de saber vivir, una filosofía práctica de la vida para el individuo moderno. En la segunda encontraremos una serie de anotaciones y aforismos que recogen desde textos puramente filosóficos hasta opiniones y teorías sobre muy diversos temas (la religión, el suicidio, los colores...)
Para el filósofo e historiador austriaco Egon Friedell, el pensamiento de Schopenhauer, más que un sistema filosófico, constituye una obra de arte.