El notorio e histórico arraigo de la Iglesia Católica en España es un hecho objetivo y evidente para cualquier persona de buena voluntad. La historia y la cultura del Estado Español no pueden comprenderse al margen de la fe católica. El patrimonio histórico-artístico (arquitectura, pintura, escultura, literatura) ha sido durante siglos una magnífica muestra de cómo la fe católica ha sabido hacerse cultura y en ella se ha plasmado de un modo admirable la belleza, la verdad y la bondad del Dios de Jesucristo. Pero la Iglesia Católica no es sólo pasado sino también presente, pues la integran millones de bautizados esparcidos por todo el orbe. En nuestro país, la mayoría de los ciudadanos siguen reconociéndose católicos y de éstos un porcentaje muy significativo intentan ser coherentes con su fe católica en todos los aspectos de su vida. Un profesional del protocolo, pues, no puede desentenderse de éste fenómeno objetivo y si quiere desempeñar bien su cometido se encontrará con la tarea de organizar actos civiles, en los que estarán presentes representantes de la jerarquía católica, o la presencia de personalidades en actos que son convocados y preparados por la misma Iglesia Católica. Si quiere realizar profesionalmente su tarea deberá poner en acto los conocimientos que le brinda el protocolo eclesiástico para que todo se desarrolle correctamente.