Esta obra marca el inicio de la filosofía moderna. Descartes cuestiona aquí que cualquier tipo de conocimiento pueda basarse en algo tan engañoso como los sentidos. Para buscar la verdad tenemos que poner en duda lo que sabemos. Y de aquí surgirá su máxima universal: si somos capaces de dudar es porque podemos pensar. Esa es la única certeza que tenemos: la razón es la prueba de nuestra existencia. Aunque hoy pueda no parecerlo, este fue un principio revolucionario que marcó el método deductivo y de pensamiento que llega a nuestros días.
Un título esencial de la mano de una de las mentes más destacadas de la historia.