Han pasado más de doscientos años desde que el Marqués de Condorcet escribiera Sur l'admission des Femmes au Droit de Cité (1789). Sostuvo, en pleno furor revolucionario y mientras se estaba redactando la Déclaration des droits de l'homme et du citoyen del mismo año, que la carta de derechos humanos en marcha, y la posterior Constitución francesa, debían extender el principio de igualdad de derechos con plenitud de efectos a las mujeres, y no limitarse a aupar a los hombres en exclusiva a la condición de ciudadanía. Aunque su discurso liberal radical cayó en aquel momento en saco roto, no dejó de ser, por su elocuencia y racionalidad, el gran inspirador de los movimientos posteriores de emancipación de la mujer.