En 1761, en Toulouse, el hijo de un comerciante protestante se ahorcó en la casa familiar. Rápidamente corrió el rumor por la villa de que había sido asesinado por sus propios padres porque quería convertirse al catolicismo. Toulouse estaba a punto de «celebrar» el 200 aniversario de la Matanza de los hugonotes (1562) en la que miles de protestantes fueron salvajemente ejecutados por las calles de la ciudad, así que los tolosanos católicos no estaban dispuestos a tolerar a las minorías, ni siquiera había lugar para el escepticismo, y menos aún para la celebración de un juicio justo. Jean Calas, padre sexagenario del suicida, fue torturado y luego ejecutado tras celebrarse una farsa de juicio público. Este fue el incidente que impulsó a Voltaire a escribir su Traité sur la Tolérance, un examen de la larga tradición de perseguir, aislar, expulsar, y si es oportuno, asesinar, a las personas que van en contra del dogma socialmente predominante. Este texto de Voltaire es una advertencia imperecedera contra la autocomplacencia y el fanatismo ideológico comunitario.