Desde la creación a finales del siglo xv de un ejército permanente, la industria militar española ha experimentado una apasionante evolución para facilitar los medios y pertrechos necesarios para el esfuerzo bélico de un Imperio en el que “no se ponía el sol”.
En el trabajo que aquí se presenta el autor repasa, sobre la base de su experiencia, el pasado y el presente industrial y apunta algunas mejoras para un sector sometido a una intensa regulación y control gubernamental. Para ello, recoge las experiencias empresariales de una amplia muestra de empresas activas en el segmento terrestre, analiza el papel de las administraciones públicas y propone medidas concretas que pueden servir de reflexión al lector interesado por la industria de defensa, seguridad y emergencias.