Tras regresar de China, donde había desempeñado cargos diplomáticos en distintas ciudades durante seis años, el catalán Eduardo Toda parte a Egipto en 1884 como cónsul general de España en El Cairo. Su afición a las artes, su facilidad para las lenguas y su curiosidad por la cultura —la de su tierra y las de los otros pueblos— le impulsa a viajar por el país de los faraones visitando numerosísimos monumentos, templos y yacimientos arqueológicos, que culmina participando, en 1886, en el descubrimiento de la tumba de Sennedjem, en la necrópolis de Deir-el-Medina. Son dos años y mil kilómetros de viajes por el país visitando
Abydos, Déndera, Tebas, Asuán, Philoe... y por supuesto Gizeh.
Fruto de aquel viaje es este amenísimo relato que no sólo nos cuenta la historia del país norteafricano sino los sucesos de los años anteriores a su llegada —la campaña militar británica que acaba con la trágica muerte de Kirchner en Jartum, la apertura del Canal de Suez...—, la vida social del Cairo y las acciones vinculadas a la recuperación y la lucha contra el expolio de las tumbas y sus momias. El libro del padre de la egiptología en España. Un relato delicioso que vuelve a ver la luz —con la nomenclatura histórica convenientemente actualizada— 131 años después de su primera aparición, en 1889.