La historiografía occidental ha relegado a menudo el océano Pacífico a la periferia del tablero político y económico de la Edad Moderna, a pesar de ser el germen del mercado globalizado actual. Entre las orillas de América del Sur y Asia existió en ese período una vasta y sofisticada red mercantil, liderada por China, que superaba los flujos comerciales intraeuropeos anteriores a 1800. De ese locus colonial de Asia oriental entre las décadas de 1570 y 1680 nos habla Manel Ollé; un espacio dinámico en el que confluyeron los intereses de distintos imperios, sultanatos y ciudades portuarias, flujos migratorios, culturas y credos. Este fascinante ensayo traza así un vívido fresco de una comunidad transpacífica, integrada por mercaderes, navegantes, emigrantes, misioneros, contrabandistas, corsarios y gobernantes europeos y asiáticos, que desbarata los tópicos sobre el papel que desempeñaron los Estados de Asia en la protoglobalización, y sitúa históricamente ciertos aspectos de la geopolítica actual.