El verano de 1944 fue la constatación de la derrota de la coalición del Eje en el Frente del Este.
En apenas cuatro meses la lucha se trasladará del territorio soviético hasta las puertas de Alemania, en una hecatombe mucho mayor que la más conocida batalla de Stalingrado. Fue una lucha desesperada en la que las fuerzas alemanas se vieron superadas en potencia de fuego y movilidad por un enemigo al que continuaban menospreciando. Toda posibilidad de llegar a invertir el curso de la lucha en el este mediante una defensa enérgica saltó por los aires en menos de cuatro meses.