Cuando Gala se despierta, no sabe dónde se encuentra. No se acuerda de haber entrado en esa habitación y, ahora que lo piensa, tampoco recuerda nada de sí misma, excepto su nombre.
Gala no está sola. Luna, Nico y Kai habitan la misma casa y tampoco recuerdan cómo llegaron allí ni quiénes son. Lo único que saben es que están atrapados, que cada vez queda menos comida y que los rodea un bosque frondoso de árboles altísimos que impiden la entrada de la luz del sol.
Solo tienen una pista: una brújula que no funciona. Con ella, Gala, sus tres nuevos amigos y el gato Uno deberán adentrarse en un bosque misterioso y sobrenatural donde ni la vegetación, ni los animales, ni siquiera el río, obedecen a las normas que ellos conocen.
¿Lograrán salir de allí? ¿Cómo llegaron hasta la casa? ¿Por qué no recuerdan quiénes son?
El secreto, al parecer, lo guarda el bosque.