Publicada por primera vez en 1833 y revisada por Alfred Tennyson en 1842, La dama de Shalott es una de sus grandes baladas inspiradas en las leyendas medievales del rey Arturo de Britania. Luis Alberto de Cuenca la ha traducido del inglés para esta edición bilingüe que recoge las ilustraciones realizadas por Howard Pyle en una edición a todo color fechada en Nueva York en 1881, que supuso el debut como ilustrador de este gran artista norteamericano. La maldición de esta dama, encerrada en un castillo desde donde se divisa un río que conduce a Camelot que ella no puede mirar, ha sido fuente de inspiración para multitud de pintores, entre ellos los prerrafaelitas.