Hedy Lamarr era mucho más que una cara bonita. Además de ser considerada la mujer más hermosa del cine en la época del Hollywood dorado, fue una valiente luchadora que escondía una mente prodigiosa. Encerrada por su primer marido, Hedy aprovechó su atroz cautiverio para continuar unos estudios de ingeniería que culminarían en gran cantidad de inventos que cambiarán siempre el destino de la humanidad. Y es que la gran aportación de esta increíble mujer nada tuvo que ver con su deslumbrante belleza, sino con su capacidad para concebir un sistema de comunicación inalámbrica que se considera el precursor del wifi, hoy prácticamente indispensable en nuestras vidas.