La persecución entre un asesino y dos investigadores acaba revelándose como una lucha entre el bien y el mal de proporciones sobrenaturales.
Ambrosio Luján es el quinto sacerdote que el Segador asesina valiéndose del mismo modus operandi y actuando movido por una oscura entidad sobrehumana. Estos crímenes parecen producirse todos alrededor de la joven Gloria, y tienen en jaque al detective Aguirre, que, asistido por su joven compañero Erik, deberá dar caza a este ser maligno.
Una sinuosa lucha entre el bien y el mal se desata en las páginas de Los penitentes, una novela donde nada es lo que parece, y en la que J. E. Álamo rompe con la trama policíaca convencional por medio de una historia que refleja como la luz es capaz de hallar grietas a través de las cuales abrirse paso en el mundo.