«El thriller francés tiene nueva reina» (La Razón), una autora que va «a la zaga de Fred Vargas» (ABC ) y de Pierre Lemaitre
PREMIO LIGUE DE L'IMAGINAIRE 2020
Blanche Barjac tiene un trabajo peculiar. Es limpiadora, pero no una limpiadora cualquiera. Se dedica a limpiar escenas del crimen, lugares donde se ha matado a alguien. Limpia ordenadores, alfombras, perfiles de redes sociales y oculta los cadáveres como si nada hubiera pasado. Sus clientes son personas célebres en el submundo de París, individuos que valoran mucho su eficacia, discreción y capacidad.
Pero todo cambia cuando recibe el encargo de un todopoderoso asesino a sueldo al que apodan el Sabueso. Entre las pertenencias de la víctima que tiene que hacer desaparecer, Blanche encuentra un pañuelo, una prenda que la transporta hasta el día en que su madre se suicidó, veinte años atrás.
Alguien la vigila y pretende chantajearla, pero Blanche aún debe enfrentarse a un enigma mayor, un secreto que hará tambalear su salud mental. Mirando en su propio pasado aprenderá que, por mucho que se limpie, algunas manchas no pueden borradas. Y que cada uno de nuestros actos tiene siempre consecuencias.
La crítica ha dicho sobre Madame B:
«Una lectura apasionante, puro placer de lectura, como es habitual en la autora. Sandrine Destombes ha escrito un thriller cautivador. Perfectamente calculado y perverso hasta el límite.»
Collectif Polar
«Adictiva. La leerás de una sentada o casi y te aseguramos que quedarás con ganas de más.»
Sudpresse
«Nos encanta esta protagonista fortísima, una mujer atormentada por un fantasma del pasado que regresa como un bumerán.»
Cosmopolitan
«Una novela de capítulos cortos y con muchos vuelcos, con la que Sandrine Destombes desvela magistralmente, capa tras capa, la verdad de su protagonista Blanche.»
L'Alsace
La crítica ha dicho sobre El doble secreto de la familia Lessage:
«Thriller en estado puro.»
Página Dos
«En sus historias nada es lo que parece y sus personajes tienen la capacidad de vaciar sus intenciones y sorprender al lector en cada gesto.»
La Razón