Un campista aparece asesinado a balazos en una playa dela isla de Fårö. Se trata de peter bovide, un constructor que acababa de iniciar sus vacaciones de verano. La única pista fehaciente que posee la subcomisaria Karin Jacobsson es el arma con la que se perpetró el crimen: una antigua pistola utilizada por el ejército soviético durante la Segunda Guerra Mundial.