EXTREMA
MÁS DE 400.000 LECTORES Y EL ELOGIO UNÁNIME DE LA CRÍTICA
«El seudónimo es una máscara como cualquier otra y quien se resguarda tras él tiene sus motivos. [...] Hombre o mujer, igual da. La competencia de sus novelas está probada. Y el impacto de no tener rostro, también.»
Antonio Lucas, El Mundo
«En Madrid se mata poco», le decía al joven subinspector Ángel Zárate su mentor en la policía; «pero cuando se mata, no tiene nada que envidiarle a ninguna ciudad del mundo», podría añadir la inspectora Elena Blanco, jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento creado para resolver los crímenes más complicados y abyectos.
Susana Macaya, de padre gitano pero educada como paya, desaparece tras su fiesta de despedida de soltera. El cadáver es encontrado dos días después en la Quinta de Vista Alegre del madrileño barrio de Carabanchel. Podría tratarse de un asesinato más, si no fuera por el hecho de que la víctima ha sido torturada siguiendo un ritual insólito y atroz, y de que su hermana Lara sufrió idéntica suerte siete años atrás, también en vísperas de su boda. El asesino de Lara cumple condena desde entonces, por lo que solo caben dos posibilidades: o alguien ha imitado sus métodos para matar a la hermana pequeña, o hay un inocente encarcelado.
Por eso el comisario Rentero ha decidido apartar a Zárate del caso y encargárselo a la veterana Blanco, una mujer peculiar y solitaria, amante de la grappa, el karaoke, los coches de coleccionista y las relaciones sexuales en todoterrenos. Una policía vulnerable, que se mantiene en el cuerpo para no olvidar que en su vida existe un caso pendiente, que no ha podido cerrar.
Investigar a una persona implica conocerla, descubrir sus secretos y contradicciones, su historia. En el caso de Lara y Susana, Elena Blanco debe asomarse a la vida de unos gitanos que han renunciado a sus costumbres para integrarse en la sociedad y a la de otros que no se lo perdonan, y levantar cada velo para descubrir quién pudo vengarse con tanta saña de ambas novias gitanas.
Reseñas:
«La novela negra o muta o se ensimisma. Carmen Mola, la escritora mutante. Lo peor de ella, que no la puedes invitar a un Festival.»
Carlos Zanón
«¿Quién es Carmen Mola? ¿Acaso importa? Sus novelas atrapan con una originalidad que nos somete y nos hace desear más, mucho más, cuando, horrorizados, nos damos cuenta de que estamos ya en la última página.»
Jordi Llobregat, Director de Valencia Negra
«Desde la primera página, Carmen Mola, quienquiera que sea, demuestra tener una voz propia, y eso, en el género negro y fuera de él, ya es mucho, quizá la mitad de todo. O más.»
Lorenzo Silva
«¿La Elena Ferrante española? [...]. Una estructura sólida y un argumento llevado como un clásico policial pero que al tiempo rompe varios convencionalismos.»
Juan Carlos Galindo, El País
«Todos caen rendidos (quien la coge no la suelta) ante la fuerza y la intensidad de una historia que no desmerece al mejor noir de Pierre Lemaitre, comparte elementos con Sandrone Dazieri y tiene como protagonista a una (sí, es una mujer) detective de las que hacen época (y series).»
Inés Martín, ABC
«Cruda, arriesgada, actual: Mola se sale de lo establecido.»
Gorka Rojo, Zenda Libros
Sus editores extranjeros han dicho...
«Un debut impresionante. La devoré de la primera a la última página.»
Siren Maroy, editora de Gyldendal Norsk Forlag (Noruega)
«Escalofriante y terriblemente ingeniosa. Nace un nuevo personaje en la escena policiaca: ¡viva la maravillosa Elena Blanco!»
Alzira Martins, editora de Actes-Sud (Francia)