Un detective que, al final, resulta no ser tan clásico como cabría esperar.
Barcelona, 1901. El gran detective Byron Mitchell se ve forzado a abandonar su retiro para investigar el asesinato de Ramón Calafell, abogado de la familia burguesa que le arrenda un piso en el lujoso paseo de Gracia.
En la bulliciosa Barcelona modernista, Byron transitará entre empresarios de dudoso pasado, hijas de la burguesía que esconden enigmas, artistas sin futuro y pistoleros importados del lejano Oeste. Sorteará un laberinto de mentiras y ocultaciones mientras intenta mantener sus propios secretos a salvo: aquellos que podrían depararle el peor de los destinos.
Manuel Martín Ferreras homenajeó en su primera novela (Noche de difuntos del 38, adaptada al cine con el título de Malnazidos) las películas de aventuras y terror que marcaron su infancia allá por los años 80. Ahora rinde culto a otro de sus géneros favoritos: la trama de detectives y asesinatos con un amplio elenco de sospechosos. El clásico «¿Quién lo hizo?».
Con ese objetivo nos relata las aventuras de Byron Mitchell, detective alumno de un Hércules Poirot que finge ser un Sherlock Holmes mientras, en realidad, investiga pateando las calles como un Philip Marlowe cualquiera.