Tercer volumen del ambicioso Cuarteto de las estaciones. Un día en la vida de una familia que convive con un trauma.
«No sabes lo que es el aire, y sin embargo respiras. No sabes lo que es el sueño, y sin embargo duermes. No sabes lo que es la noche, y sin embargo reposas en ella. No sabes lo que es el corazón, y sin embargo late regularmente en tu pecho, día y noche, día y noche, día y noche. Has cumplido tres meses de vida y ya pareces envuelta en rutinas.» Así arranca el tercer volumen del Cuarteto de las estaciones, que supone un radical cambio de planteamiento con respecto a los dos primeros. Lo que el autor nos ofrece aquí es la narración de un día en la vida de un padre y su hija, que ha nacido hace unos meses. Lo que se nos relata es la cotidianeidad familiar, en la que –a través de las rutinas y también de las evocaciones– emergen la emoción y la belleza, pero también los miedos y los demonios. Porque en el corazón de esta historia está la posibilidad de la enfermedad física, y también la sombra amenazante de la enfermedad mental, que cae sobre la madre, un trauma que se desvela y aborda en estas páginas...
Karl Ove Knausgård plantea en este tercer volumen la novela de la vida de una familia en la Noruega rural, y su pulso narrativo logra transformar las vivencias diarias en una experiencia literaria de una intensidad única, que seduce y atrapa al lector.