Emma está embarazada de ocho meses cuando se enfrenta a la pérdida inesperada de su hijo. Lo tenía todo preparado: la habitación del niño, la ropita, los juguetes… y todas las ilusiones del mundo.
«Madre era una palabra hermosa con olor a sábanas limpias y a mermelada de manzana.»
Jhanet se crio con su abuela en Bolivia mientras su madre trabajaba en Europa como servicio doméstico. Con quince años decide cruzar el océano para reencontrarse con la madre que tanto necesita y a la que prácticamente no conoce.
«Resulta que la madre que ha redescubierto es una madre envejecida y débil que se dedica a cuidar “con todo el amor del mundo” a hijos de otros.»
Natalka es insegura y se siente muy desprotegida sin familiares cercanos. Vive atrapada en una relación abusiva con un hombre violento que la presiona para que haga de vientre de alquiler, aunque ella no esté muy convencida.
«Cada vez que pasa por delante de una pescadería, el vómito se le instala en la garganta y la invita a expulsar todo lo que lleva dentro: bebé, ecografías, reproches y dolores de estómago, culpa y remordimientos. “No eres más que un vientre, Natalka”.»
En Las otras madres, Laia Aguilar, con su prosa lúcida y transparente, se despliega sin concesiones en un relato deslumbrante de tres mujeres, «las otras madres, las no madres, las incomprendidas», que a pesar de todo nunca perderán la esperanza.