En el que fuera su debut literario, Puta, la escritora quebequense Nelly Arcan realiza un ejercicio sublime de autoficción donde las ideas, las emociones y los recuerdos se suceden, enlazándose en una narración torrencial y violenta, para plasmar el testimonio de una prostituta de lujo en Montreal, una joven cansada de pertenecer a los hombres, de ser descrita, inventada y fantaseada solo por ellos.
Presentada bajo la forma de una inquietante confesión a su psicoanalista, la desgarradora historia de Arcan no es fruto de un exhibicionismo sórdido ni de la autocompasión; al contrario, constituye un texto de reflexión sociológica y filosófica que ofrece una lectura radical de la relación entre los sexos, al tiempo que muestra los miedos y obsesiones de una mujer que desafía todas las estructuras sociales y conscientemente se pone una máscara para protegerse y redefinirse en sus propios términos.
En palabras de Arcan: «[Este libro] llegó rápido porque llevaba gestándose dentro de mí mucho tiempo. Cuando lo escribí estaba furiosa […]. Puta es un grito de rabia adolescente».