En plena Provenza francesa, separado del mundo real por escabrosos precipicios y por leyendas ancestrales, existe el Luberon, tierra de descreídos y de lavanda silvestre donde (dicen que) druidas y hechiceras siguen bailando la farandola las noches de luna llena. Allí vive y sopla el Mistral, un viento niño huérfano y caprichoso que lleva siglos aturullando a todo el mundo. Esta es su historia. Pero esta es también la historia del señor Sécaillat y de su vecino, un joven profesor: la historia del sorprendente hallazgo arqueológico bajo el jardín de cerezos de sus casas que mandará a tomar viento el día a día y cimentará una amistad nueva e inesperada.
Con claros ecos de Jean Giono y de la tradición fabulística mediterránea, La balada del Mistral es muchas cosas: un cuento de Navidad provenzal; la aventura de dos Indiana Jones del Luberon y un delicado canto a la infancia y al legado de nuestros antepasados; un pedacito de historia natural y universal de la Provenza aderezado con vino de nueces y buñuelos de flor de calabaza.