Una novela inquietante. Un nuevo asedio a lo real
«Millás tiene la capacidad de ver donde otros no alcanzamos ni siquiera a vislumbrar nada».
César Coca, El Correo
«El lenguaje no está en nuestra mano, sino nosotros en la suya. Y nos usa para apretar o aflojar los tornillos de la realidad, para cortar los cables del mundo».
Julia trabaja en una pescadería, está enamorada de su jefe y vive alquilada en una habitación de la casa de Serafín y de Emérita, una enferma terminal que está planeando su eutanasia. Pero, sobre todo, Julia mantiene una extraña y obsesiva relación con la gramática. En unas ocasiones, palabras que padecen patologías se cuelan en su habitación para que ella las trate; en otras, personas imaginarias pueblan su cabeza antes de, por sorpresa, volverse de carne y hueso. Y esto capta el interés de un Millás (otro Millás) que acaba formando parte de esa familia artificial reunida en torno a Emérita en una casa que, casualmente, es la misma en la que él pasó parte de la juventud. La realidad no tiene la obligación de parecer verosímil.
En pleno bloqueo narrativo, ese otro Millás se refugia en la redacción de un «Diario de la vejez» mientras se debate entre escribir sobre la mujer trastornada por el lenguaje o sobre la decisión vital de Emérita, y discute con su psicoterapeuta sobre novelas legales e ilegales, sobre lo verdadero y lo ilusorio, y sobre los difusos límites de lo real. Pero a la realidad, que le den.
La mujer loca es una novela que parece ir construyéndose y cuestionándose a medida que el lector avanza por sus páginas, pero también es una falsa autobiografía y un falso reportaje periodístico. La mirada original, diferente, carente de prejuicios y desbordante de creatividad de Juan José Millás brilla en esta genial ficción escrita con maestría y grandes dosis de humor.
La crítica ha dicho:
«Millás es autor, personaje y narrador [...]. Un tres en uno literario que le sirve para indagar en las sombras entre el escritor y el narrador, y en el que concentra algunas de sus obsesiones, desde el derecho a la muerte digna al sentido del lenguaje».
Alfons García, Faro de Vigo
«Juan José Millás es dueño de un territorio fantástico de incuestionable personalidad».
J. Ernesto Ayala-Dip, El País
«Para no hacerlo sentir incómodo, finjamos que Millás no es uno de nuestros mejores escritores».
Sergi Pàmies, La Vanguardia
«Conjuga voz y mirada para iluminar los múltiples repliegues de la realidad».
Ana Rodríguez Fischer, Babelia
«La escritura de Juan José Millás, el Buster Keaton de nuestra literatura, es única e inimitable».
J.A. Masoliver Ródenas, Cultura/s, La Vanguardia
«Nadie más preocupado por las palabras que este escritor que las mima y seduce hasta hallar ese hueco de silencio que se esconde tras ellas».
Elena Hevia, El Periódico
«Millás derriba el mundo y descubre su trastienda, se divierte con la demolición, aunque describa el triste escaparate de los días. Millás, está claro, sigue siendo un maestro».
Saúl Fernández, La Nueva España