Estamos en el verano de 1976, un verano de sequía extrema en el que a los ojos de Gus, todo se derrumba: la granja, el matrimonio de sus padres, la inocencia de la infancia.
Todo cambia para mal: su madre abandona el hogar, de nuevo enamorada, y la violencia de la naturaleza, turbada ya por el cambio climático, asola su granja.
Roland Buti describe en El centro del horizonte, con una prosa sembrada de emociones, un mundo que se desvanece visto por un adolescente perplejo ante acontecimientos que señalan el fin de una época.
El centro del horizonte ha recibido el Prix Suisse de Littérature (2014), además del Prix du Roman des Romands y el premio del público de la Radio Télévision suiza (RTS).