Cansada de someterse a la voluntad de sus padres, Lexie Sinclair decide abandonar la casa familiar en el campo e instalarse en Londres. Allí conoce a Innes Kent, el editor de una revista de arte que la introducirá en los ambientes bohemios del Soho de mediados de los años cincuenta, y empezará una vida completamente distinta a la que estaba prevista para ella.
Años más tarde, en el Londres actual, la maternidad ha trastocado la vida de Elina: un día se olvida de los zapatos al salir de casa y al otro es incapaz de recordar el día del parto. Mientras, Ted, el padre de su hijo, se va encerrando en sí mismo y empieza a recordar episodios de su infancia que había olvidado.
Con su habitual pericia narrativa, Maggie O’Farrell entrelaza la vida de dos mujeres separadas por varias décadas: el arte, el amor, la traición, los secretos y la maternidad establecen extraños paralelismos entre ellas. Galardonada con el premio de novela Costa, La primera mano que sostuvo la mía confirmó a su autora como una de las más prometedoras narradoras británicas.
«Como si de un truco de magia se tratara, con una habilidad que parece la de un prestidigitador, la autora logra conectar los mundos de estas dos mujeres alejadas en el tiempo hasta que, de repente, el puzle encaja. Sin que nos hayamos dado cuenta, Maggie O’Farrell lo ha vuelto a hacer. (…) Tiene un don extraordinario para la narración.»Laura Ferrero (ABC Cultural)
«En lo inesperado está la envergadura de tu parte débil, y en los libros de Maggie O’Farrell uno toma nota de esa envergadura. Lo curioso es que esto sucede no al leerlos, sino al acabarlos, cuando la historia se convierte en una masa amorfa, viscosa, que no se despega de la mente del lector.»Marta San Miguel (El Diario Montañés)
«Esta autora no deja nada al azar. Una obra para cautivar.»Raquel Carrasco (La Opinión de Murcia)