Una comedia romántica y, al mismo tiempo, una sátira de los excesos y las frivolidades del mundo del dinero.
Con momentos que te llevan a la carcajada, No me invites a tu boda está trufado de cargas de profundidad que te congelarán la sonrisa. El protagonista es el encargado de dar el discurso en la boda del amor de su vida, una historia que en muchos momentos pudo llegar a consolidarse pero que siempre se truncó.
No me invites a tu boda nos remite a Cuatro bodas y un funeral o La boda de mi mejor amigo. Desternillante y divertida, esta novela nos retrata a personajes que todos hemos conocido.