El narrador de Juventud sin Dios (Jugend ohne Gott) es un joven docente a quien el director del colegio no le pide que corrija a un alumno si este dice que los negros son infrahumanos, y sí en cambio le recuerda que su obligación es «educar para la guerra».Parte de la acción transcurre en una especie de campamento paramilitar donde se produce un crimen misterioso. "Es una de esas pequeñas joyas. Escrita en 1937, cuando lo peor estaba aún por venir, esta novela inclasificable presenta de manera logradamente atemporal, aespacial e incluso anónima...a un arquetipo que raras veces ha ocupado un papel protagónico". Carlos Fortea( Revista de libros).