Podría contarte con todo lujo de detalles en qué momento, en qué lugar, qué persona me cambió la vida. Si cierro los ojos, todavía puedo sentir la gélida brisa de aquel enero de 2021, cuando Madrid se congeló. Filomena, lo llamaron los expertos; la suerte de mi vida, lo bauticé yo. Porque mientras mi Barrio de las Letras se ocultaba bajo un manto blanco, me enamoré.
No nos importó la distancia, ni que el reloj avanzara en nuestra contra. Fuimos tan egoístas que quisimos tenerlo todo, quizá por eso también lo perdimos.
Me llamo Alicia y quiero que conozcas mi historia…
Para quienes se enamoraron de Los puentes de Madison y El diario de Noa.