Camino hacia el amor
El pasado de Marion Warenne era una pesadilla borrosa. Sin embargo, su presente se alzaba glorioso frente a ella en la forma del magnífico Dunstan de Burgh. Un fiero caballero decidido a ganar la batalla de voluntades que libraban los dos, y empeñado en afirmar que no creía en el amor? A Dunstan de Burgh, barón de Wessex, lo comparaban con el lobo que merodea por los bosques: feroz, valiente y alerta ante cualquier peligro. ¿Cómo podía ser entonces que una damisela de dulces ojos consiguiese escapar a su vigilancia una y otra vez? Y aún peor, ¿cómo conseguía burlar sus defensas y llegar tan fácilmente hasta su corazón?
Una mujer peligrosa
Geoffrey de Burgh era un guerrero como sus hermanos, pero también esperaba encontrar el amor. Sin embargo, un edicto del rey y la mala suerte le obligaron a casarse con Elene Fitzhugh, una mujer con fama de salvaje.
A pesar de los rumores que decían que había matado a su primer marido, de sus continuas amenazas y de su desconfianza, Geoffrey había creído ver cierta vulnerabilidad en sus ojos de color ámbar, unos hermosos rasgos ocultos tras la densa melena y una curvas muy femeninas bajo sus horribles vestidos.