Julie rescató a Doug de la perrera y ahora su mayor sueño es conseguir que su humana sea igual de feliz que lo es él.
Doug es leal y la adora, dos cosas que no pueden decirse sobre Luke, el novio de Julie. Sin embargo, Julie, se resiste a romper con él; se niega a acabar como su vecina, con un gato huraño por compañía. Obviamente, esta es una perspectiva que también horroriza a Doug, que no soporta a los gatos.
Tom, un joven veterinario recién llegado al barrio, por el contrario, es perfecto para Julie. Y todos pueden verlo, excepto Julie y Tom. Pero Doug confía en que logrará que ambos se den cuenta de que están hechos el uno para el otro.