Nos llamáis hierbajos, maleza, malas hierbas... pero, ¿qué os hemos hecho para que nos miréis tan mal? Compartimos con vosotros el espacio de estos bosques de cemento y cristal que habéis construido en medio del campo, esas "ciudades". Somos las hierbas urbanas, sí. Tenemos tanta belleza si se nos mira de cerca que, todo lo demás, poco importa. Podemos sobrevivir colonizando incluso pequeñas grietas en las aceras y muros.
Nos hemos reunido para contaros cómo vivimos y cómo nos sentimos. Por estas páginas desfilamos docenas de plantas muy comunes en vuestras calles. Cada una habla de sí misma, en primera persona, para mostraros cómo es nuestra realidad, nuestras virtudes, nuestro día a día. Lo hacemos sin tapujos, en un ejercicio de sinceridad clorofílica con todos vosotros. ¿Dejaréis entonces de llamarnos malas hierbas?