Hay grandes árboles como el ciprés y pequeños como el bonsai; hay árboles con nombres exóticos como el baobab, rotundos como el madroño, sonoros como el melojo. Los versos de «Arbolidades» nos transportan a los bosques: trama aérea de ramas que tiene
su proyección subterránea en la red de raíces que les une, comunica
y alimenta. Son espacios de serenidad y equilibrio, de reflexión
y espiritualidad, de observación y conocimiento botánico.
También son hogar y sustento de otras criaturas: aves, insectos, mamíferos, reptiles… El viento y la brisa, la lluvia y el arroyo, la tierra
y la roca se moldean en este ecosistema de rica biodiversidad.