Un hermoso poemario en donde las palabras y las ilustraciones juegan con las formas y el sentido creando un divertido recorrido con ritmo e imaginación sin límite. El reconocido poeta Eugenio Montejo, prologuista de este libro, lo califica como ?un juguete verbal?, orquestado con brillantez por el ilustrador Arnal Ballester, Premio Nacional de Ilustración 2008.