Thomas Hardy está considerado uno de los grandes novelistas de su tiempo, pero después de que críticos y lectores de su época le dieran la espalda a su ficción narrativa por considerarla demasiado incisiva, se refugió en su vieja pasión: la poesía. Hardy combina un gusto por los paisajes del xix (con sus brumas y fantasmas) y los ambientes rurales con un estilo seco y templado que influirá decisivamente en poetas tan modernos como Larkin, Auden o Hughes. Su poesía prolonga algunos de los temas más queridos de su literatura como la ambición o la catástrofe. Pero si por algo destaca es por la exploración de la gama completa de los sentimientos amorosos (del éxtasis al abandono) con una complejidad y crudeza inéditas. El presente volumen ofrece al lector una antología que cubre una extensa parte de su obra poética en la excelente traducción de Xandru Fernández.