Mirar hacia dentro de uno mismo no es fácil, pero a veces es necesario. Haciendo un ejercicio de introspección o catarsis, como más prefiera el lector, y en el tono más intimista de la autora, podremos encontrar entre sus páginas sentimientos ligados a recuerdos, personas, lugares, música y literatura. Siempre desde el refugio de lo que ella nombra El habitáculo.
Lluna Vicens se consolida en El habitáculo como una de las voces con más proyección dentro del panorama literario. Un libro donde la sensibilidad de la autora envuelve al lector y le sumerge dentro de ese espacio interior del ser humano donde los pensamientos fluyen.
Albahaca Martín
En su desafiante tarea Lluna construye, teje y desteje su habitáculo, muda de piel para reencontrarse luego con ella, ya transformada, y revestirse. Una piel, la de su texto, que el lector desprevenido, el testigo fugaz de la implosión, tal vez no reconozca como propia. Esa ajenidad es aceptada por la propia autora cuando afirma que tan solo soy una parcialidad de mí misma.
Guillermo Orsi