En este lugar, cubierto ahora por entero de asfalto, hubo en su día una tierra verde y altos árboles y hasta un río de aguas sonoras. Un día, una familia de vendedores ambulantes acampó allí.Fue León, el de la risa bonita, quien descubrió la flor. La cuidó, evitó que los otros niños la pisaran y la hizo su amiga. Se sentaba a su lado a ver pasar las nubes y contarle pedazos de su vida. Le contaba lo de su vida errante, lo de la burrita Brisa, lo de Camila, cuyos dedos un día se entrelazaron con los suyos.