Quiero que mi hijo sea un pájaro
nacido en el cielo.
El que conoce la jaula,
por mucho que la rompa,
vuela con ella en los puños.
Engendrar un bebé y, de rebote, la culpa. Los dos se preparan la vida, de formas diferentes. Nunca sabes si el bebé pájaro es cada vez más grande, o la jaula más pequeña: “Empecé a comer el día en que te conocí para hacerte más grande de lo que yo nunca había sido”.