De baja por fatiga mental, nuestro elegante inspector Alan Grant, de Scotland Yard, viaja rumbo a Escocia para disfrutar de unas fugaces vacaciones en la granja de su prima Laura. Sus planes no van más allá de pescar en compañía de su primo pequeño Pat, experto en cebos monstruosos, tomarse la obligada «copita de antes de cenar» con Laura y su marido Tommy o esquivar con disimulo a las variopintas candidatas solteras que su prima acostumbra a hacer desfilar ante él.
Sin embargo, en el tren nocturno que lo conduce a su retiro, un hombre aparece muerto en un vagón. Tentado por las enigmáticas líneas de un poema garabateadas por el difunto en un periódico, Grant no duda en zambullirse en este inesperado caso, cuyo rastro lo conducirá hasta las remotas Hébridas Exteriores y más allá de los confines de la gris Britania. No hay médico ni nervios que puedan frenar el instinto policial de este afable y certero inspector…
Las arenas cantarinas es el quinto y último caso de Alan Grant, un misterio en el tren lleno de ingenio y humor británico, obra póstuma de una de las damas más singulares y entretenidas de la Edad de Oro de la ficción detectivesca.