En las primeras y fascinantes páginas de esta historia, Jana Leo rememora cada instante del momento en el que un hombre entró en su apartamento de Harlem y la violó. Tras llamar a la policía, que mostró un absoluto desinterés por los hechos, y contactar con su seguro médico, que la abroncó por lo ocurrido, la artista se dio cuenta de que la violencia no acababa con la violación. La autora cuenta en primera persona esta experiencia traumática, compartida con miles de mujeres, y cómo se enfrenta a ella: no para hasta que el violador acaba en los tribunales. En esta singular historia, la polifacética artista convierte su travesía psicológica en un análisis agudo sobre la vulnerabilidad de la clase trabajadora, las injustas leyes y un sistema de justicia penal perverso.