El mundo del joven Piqo-Piqo es fantasioso y mágico. Es el descendiente de una estirpe de piratas, yetis, minotauros y otros valientes seres mitológicos. Su isla natal es un oasis increíble donde enormes diamantes brotan del suelo como si fueran setas y las rocas están vivas y tienden a ser juguetonas. Hoy, como muchos otros días, Piqo-Piqo se ha distraído persiguiendo a una maravillosa luciérnaga emplumada de camino a la escuela. El accidente que provoca a su llegada a clase termina con la paciencia del maestro malhumorado que le manda hacer unos deberes imposibles para la próxima clase de ciencias: sacarle un diente a un pulpo legendario oriundo del otro lado del mundo. Manos a la obra…
Ferreyra, él mismo residente de una isla, idea una aventura alocada cuyos personajes viven en un entorno de profusa vegetación y surcan océanos interminables. El álbum, aparte de relatar un gran viaje, se propone abordar temas como la familia, la educación, la madurez y la siempre delicada elección de arriesgarse a vivir aventuras imprevistas. El autor argentino no olvida dedicar su obra a los profesionales de la enseñanza, como un humilde agradecimiento a su labor con los más jóvenes.