La angustia por el presente, el miedo al futuro, la desorientación en un mundo cada vez más complejo y cargado de estímulos… son algunas de las sensaciones que marcan la vida en el siglo XXI para muchas personas, y que confluyen en el estado anímico al que llamamos «ansiedad». Cuestiones como la incertidumbre constante sobre qué camino tomar, las dificultades para encontrar un lugar en el mundo y la sensación de que todo lo que está por llegar será peor van ganando terreno no solo en el discurso de las redes sociales y las conversaciones entre amigos, sino también en el hecho artístico: cada vez son más las novelas, los poemas, las canciones, las películas y las series de televisión que discurren, de una manera u otra, sobre la epidemia de la ansiedad, los terrores que esta despierta y sus consecuencias.
En este breve pero contundente ensayo, Olivia Sudjic confiesa que padece ansiedad, y que esta condición ha sido recurrente en su vida como escritora, manifestándose en síntomas como la fobia de sentirse juzgada, la incapacidad de gestionar el escrutinio y el volumen de información de internet y la presión por no estar a la altura. Con un estilo tan pulcro como lírico, Sudjic no solo explica lo que es la ansiedad y cómo esta te atenaza y dificulta el desarrollo de una vida normal, sino también cómo se puede canalizar hacia fines creativos. Así, a partir de su propia experiencia, sus lecturas y sus influencias, y tomando ejemplos en la narrativa y el ensayo recientes –obras como Crudo de Olivia Laing, o Amo a Dick de Chris Kraus, pasando por autoras como Roxanne Gay, Maggie Nelson, Elena Ferrante, Jenny Offill o Rachel Cusk–, Sudjic aborda de manera profunda uno de los males de nuestro tiempo, y además demuestra cómo este puede canalizarse en una producción artística que no solo ayude a combatirlo, sino también a explicar nuestra sociedad.